En el mes de enero, la Familia Salesiana vive de una manera especial su relación con la figura de Don Bosco. «El mes de Don Bosco», decimos familiarmente. Para nosotros, Don Bosco es siempre lugar de encuentro, de revisión, de proyección. Mirar a Don Bosco es siempre ahondar nuestras convicciones de fe en el proyecto apostólico que Dios le encomendó a él, y a sus colaboradores a través del tiempo. En estas páginas nos acercamos al itinerario vocacional de Don Bosco con intención de reflexionar sobre su experiencia vocacional, convencidos de que en su camino vocacional se nos ofrecen importantes pistas que -purificadas de los condicionantes históricos, eclesiales, sociales y políticos del momento- pueden sernos de gran utilidad hoy para plantearnos qué animación vocacional es posible.
Francisco Santos
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