En 1890 se abrió el proceso de beatificación y canonización de Don Bosco. El 2 de junio de 1929 (39 años después), Don Bosco fue proclamado beato y el 1 de abril de 1934 (44 años después) fue canonizado por el papa Pío XI, que tuvo la dicha de conocerlo personalmente.

El Boletín Salesiano dedica dos números extraordinarios a este gran acontecimiento. El número de abril de 1934 con 70 páginas y el número de mayo-junio de 1934 con 66 páginas. Se puede decir que el Boletín Salesiano determinó el descubrimiento mundial de Don Bosco, un hombre extraordinario.
Don Bosco santo que, entre otras cosas, fue también encuadernador, impresor, tipógrafo, periodista, escritor, editor, etc. Cada iniciativa editorial suya tenía como objetivo la educación y evangelización de la juventud. Y también esto lo soñó: “¡Vais a ver, tendremos una imprenta, dos imprentas, diez imprentas! ¡Ya veréis!”. Nadie, entonces, lo tomó en serio. Era una de sus extravagancias que daba a entender un plan preciso, un objetivo claro y muy bien trazado, una realidad virtual entonces, pero real en poco tiempo.

Don Bosco desarrolla una intensa actividad como escritor y editor, pero es interesante constatar que insistía mucho en escribir la “Crónica de la Casa” de cada presencia salesiana. Todo un visionario que anticipó la preservación de la memoria histórica de nuestra identidad salesiana.
Miguel Ángel Fernández Díaz, sdb

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