Falleció como consecuencia de un accidente de tráfico el 14 de agosto de 2006. Su vida no fue nada fácil. Al enfermar su esposo Félix, tuvo, primero, que sacar adelante ella sola a su dos hijas pequeñas y luego, ella misma, enfermó de corazón. En estos momentos, su vida, al lado de sus dos hijas, siempre pendientes de ella, estaba siendo un poco más llevadera. Santiaga fue muy devota de la Virgen. Desde noviembre de 1997 era celadora de la ADMA de Alcalá de Henares (Madrid) y, ayudada por sus hijas que repartían los calendarios y las cartas a las socias de la “capilla”, no renunció a serlo, aún estando enferma.
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