Falleció en Ronda (Málaga) el pasado 7 de junio, a los 53 años. Era la promotora de una familia muy salesiana, con su marido, José Antonio, que fue presidente de los AA. AA. en Ronda durante 8 años, y con sus 6 hijos, entre ellos, el mayor, David, salesiano de la Inspectoría de Sevilla. Muchas han sido las virtudes que han adornado su vida; su entrega y generosidad en las labores de educación y construcción de la familia, han sido encomiables y, siempre, su preocupación principal; pero es especialmente reseñable, su constante unión con Dios y María. Sus últimos años de vida han estado acompañados de la enfermedad. Cuidada amorosamente por su marido e hijos, nunca ha perdido su fe profunda, ni ha dejado de testimoniar su unión con Dios.
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