Falleció el pasado 2 de agosto en Palafrugell, Girona, a los 100 años. Pertenecía a la Asociación de María Auxiliadora de Salamanca, donde desarrolló su acción como celadora, la mayor parte de su vida. Era, además, cooperadora salesiana. El Señor le dio una larga vida que ella llenó con sus buenas obras y con las devociones salesianas de la Eucaristía y de María Auxiliadora. Transmitió su fe, su sentido cristiano de la vida, y su aceptación de la voluntad de Dios, a todos los que le rodearon, más allá de la propia familia. Su vida centenaria le dio la oportunidad de gozar de la existencia de sus dos biznietos y del cariño de toda su familia. Su desprendimiento y pobreza de espíritu, fue un ejemplo para los que la conocieron, destinando siempre una pequeña parte de su pensión económica para las obras salesianas.
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