El día 2 de marzo pasado cuando las religiosas del monasterio de Santa Clara de Azcoitia, Guipúzcoa, acababan de rezar las Vísperas, fallecía de un paro cardíaco su capellán José María Arrieta Zubiaurre.Los funerales estuvieron presididos por el S. Obispo de la diócesis Juan María Uriarte, que celebró la Eucaristía junto a Carmelo Etxenagusia, Obispo auxiliar de Bilbao, a los que acompañaban alrededor de sesenta sacerdotes, entre ellos sus hermanos Juan José (franciscano) y Esteban (salesiano).Persona de una extraordinaria talla humana a pesar de su delicado estado de salud. Trabajaba en las distintas áreas de la parroquia, y compaginaba su cargo al servicio de las religiosas, con el esmerado cuidado de los pequeños a través de la catequesis, sin olvidar su disposición en la visita a los enfermos en sus domicilios o en los centros sanitarios.Ordenado sacerdote en 1955, toda su vida sacerdotal la compartió en su pueblo natal, ocupando durante varios años el cargo de arcipreste de la zona.Don Isaac Díez, anterior Provincial de la Inspectoría de Bilbao, escribe: “Ya me acuerdo yo de Don José María que llevaba a Pamplona al cursillo de doce a quince chicos en el mes de julio. He estado en los cursillos vocacionales de Don Cándido cinco años, y todos he visto llegar un grupo de Azcoitia capitaneados por Don José María… no es fácil agradecer como conviene todo este esfuerzo de animación vocacional”.El S. Obispo, en el funeral, lo presentó como una persona entregada a la lectura y la oración y como buen consejero.Las religiosas, ante la desaparición de su padre espiritual durante 46 años, eran de la misma opinión: “Don José María era un hombre bueno, que no hizo más que pasar por este mundo haciendo el bien”.
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