En 1978 un salesiano africano, Jacques Mtamitalizo, conminó a la Familia Salesiana a dedicar sus energías y su esfuerzo misionero a África. Su reto fue aceptado, especialmente por el Rector Mayor que dirigía la Congregación en aquel momento, don Egidio Viganó. Había comenzado el Proyecto África, con el que la misión salesiana iniciaba una nueva andadura en tierras africanas.Tras este llamamiento, numerosos misioneros pidieron ser destinados al continente africano. Casi 30 años después, el balance es altamente positivo. En el continente africano hay 1.202 salesianos, en 42 países, que trabajan en 178 obras, entre las que se incluyen parroquias, oratorios, centros juveniles, escuelas, universidades, casas para jóvenes con dificultades, centros de catequesis y pastoral, así como centros de formación profesional. Las Hijas de María Auxiliadora son 450, en 83 comunidades repartidas en 22 países. En sus lugares de misión dirigen centros de promoción femenina, escuelas profesionales y centros de alfabetización, comunidades rurales y centros de formación artesanal, centros de salud y dispensarios, casas de acogida para niñas y jóvenes en dificultad, oratorios y centros juveniles Otras ramas de la Familia Salesiana trabajan conjuntamente con ellos en la promoción de los pueblos africanos. Del Proyecto África al Proyecto SudánEn 2006, el Rector Mayor, don Pascual Chávez, proponía a la Familia Salesiana que se implicara activamente en la reconstrucción de Sudán, un país devastado después de veintiún años de guerra civil. Hacia esta nación se han volcado las ayudas y el esfuerzo misionero de todo el año.Fruto de este esfuerzo, el 1 de agosto de 2006 se inauguraba una nueva Delegación Salesiana de Sudán, compuesta por cinco comunidades misioneras: dos en Jartum y las otras tres en El Obeid, Tonj y Wau. En octubre, se puso en marcha una nueva misión en Juba. Desde la llegada de los primeros salesianos, en 1979, el trabajo y las vocaciones han aumentado considerablemente. Hoy son 37 los Salesianos de Don Bosco en el país. Sin embargo, aún queda mucho por hacer y el Rector Mayor nos invita a volcarnos de nuevo en Sudán y continuar impulsando su reconstrucción. La crisis de DarfurDarfur, región situada al oeste de Sudán, sufre una cruenta guerra civil que comenzó en febrero de 2003, cuando el Frente de Liberación Darfur se rebeló contra el Gobierno de Jartum. En marzo, el Frente se transformó en Ejército de Liberación de Sudán, de carácter rebelde, animista y cristiano. El Gobierno, de mayoría musulmana y defensor de la ley islámica, trasladó a sus militares hacia Darfur.El 9 de febrero de 2004, después de haber anunciado una “victoria completa”, el presidente sudanés Omar Al-Bashir declaró el fin de las operaciones militares. Pero continuaron las matanzas, violaciones y saqueos. El 5 de mayo de 2006 se firmó un acuerdo de paz, que tampoco ha logrado acabar con la violencia. Naciones Unidas afirma que se está produciendo una “limpieza étnica”, con cifras que hablan por sí solas: 200.000 refugiados en el Chad, un millón y medio de desplazados en Sudán, y una cifra estimada de 70.000 muertos.En Darfur, una región pobre en recursos e infraestructuras, se ha producido una explosión demográfica, con sus consecuentes problemas para el abastecimiento de agua y alimento. Es un contexto de gran dificultad en el que los salesianos aportan todos sus recursos para mejorar la calidad de vida de la población.El P. Vincenzo Donati, misionero de origen italiano, es el responsable del Proyecto Darfur. A sus ochenta años, se encarga en El Obeid de atender y ofrecer una enseñanza técnica a los muchachos que provienen de los campos de refugiados: “El proyecto consiste en traer todos los años a un grupo de muchachos, sacándolos de los campos de refugiados donde están en peligro de hambre y violencia, y acogerlos en nuestro Centro Técnico Don Bosco, donde vivimos como en una bella y gran familia, y donde los muchachos aprenden un oficio” –explica el padre Donati-. “Hasta ahora eran 170, pero desde agosto de este año serán 400, para complacer a las pobres madres que, llorando, nos confían a sus hijos para que los salvemos. Para alojar a los 400 muchachos hemos decidido construir dos dormitorios. Además tenemos que construir otros talleres, comprar material y herramientas para el centro. Naturalmente todo esto convulsiona nuestra economía, aunque los talleres estarán bajo sencillos techados”.El centro se fundó hace siete años. En él se imparten cursos de mecánica, albañilería, carpintería, fontanería y electricidad. Los jóvenes se reparten entre cursos diurnos y nocturnos, para aprovechar mejor los talleres. “Si el buen Dios me da todavía tres años de vida, podré decir que la he empleado entre Asia y África por partes iguales: 30 años en Asia y 30 en África. Pero estos son pensamientos inútiles porque el futuro está en las manos de Dios y en el presente hay ya mucho que hacer. Tengo 80 años y siento disminuir mis fuerzas poco a poco. A veces me asusto… después pienso en Don Bosco, que tuvo muchas más dificultades que nosotros. Y trato de seguir adelante” –continúa explicando el misionero- “Si a finales de agosto llegan los 400 muchachos (esto supone un asunto peligroso por la guerra y la falta de comunicaciones) y si se puede empezar el curso en septiembre, podré respirar un poco”. Otro proyecto salesiano es el de abrir una pequeña escuela en el norte de Darfur, en un lugar llamado Fasher. La intención es que sea una obra para las chicas, por lo que una Hija de María Auxiliadora ya se ha trasladado hasta allí. En Sudán la Familia Salesiana trabaja unida por la reconstrucción de un nuevo país, más humano y más cristiano, en el que se supere el dolor de la guerra y los jóvenes construyan un futuro digno para todos.
María Jesús Rodríguez
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