Compaginó con eficacia y discreción su dedicación al estudio de la teología y su práctica en el campo social durante su vida hasta su larga enfermedad y muerte. El sacerdote salesiano Antoni Domènech i Corominas murió en la mañana del lunes (20 de julio) en la residencia Mare de Déu de la Mercè, de la casa salesiana Martí-Codolar, en Barcelona.Antonio Domènech ejerció la docencia en el Centro Teológico Salesiano de Martí-Codolar (1969-1996) del que fue director (1976-1988). Al mismo tiempo se especializó en pastoral en París. Y con este bagaje intelectual se puso al servicio pastoral de los sectores más desfavorecidos de la sociedad.Así fue como el salesiano Domènech se comprometió con el complejo grupo humano de una de las zonas marginales más desfavorecidas y conflictivas de la Cataluña del siglo XX. Formó parte del equipo fundador de la Comunidad Salesiana de La Mina, barrio en Sant Adriá, situado en la desembocadura del río Besòs, entre Barcelona y Badalona.Como miembro de esta comunidad salesiana en La Mina y en el periodo en que la dirigió (1976-1982), el Padre Domènech impulsó actividades de carácter docente, asistencial, cívico y de cohesión social con espíritu cristiano.Por su actuación en el Martí-Codolar, su compromiso social en La Mina y sus numerosas actividades en su relativa corta existencia, 66 años, sus compañeros de congregación señalan que la vida del Padre Domènech ha estado marcada por la tenacidad, la reflexión y el servicio alimentada por la fe y la plegaria. Le califican de trabajador infatigable y muy austero que ha sido capaz de combinar registros muy diversos como dar clases, animar grupos, dirigir teatro, hablar en congresos, predicar ejercicios hasta la dedicación ministerial y social en contextos muy desfavorecidos.El Padre Domènech nació el año 1943 en el barrio barcelonés de Sant Antoni. Fue el primero de cinco hermanos. Uno de sus hermanos y una de sus hermanas optaron también por la vida religiosa. Ingresó en 1955 en el aspirantado salesiano de Girona. Estudió Filosofía, Magisterio y, en la Universidad Pontificia de Salamanca, Teología. Fue ordenado sacerdote en 1969 con el lema «Dios nos amó primero», en palabras de San Juan. Fue provincial de los salesianos en Cataluña, Baleares, Aragón y Andorra. En el XXIV Capítulo General de la Congregación Salesiana fue elegido Consejero General, cargo que ejerció doce años.Sobre su vida, persona y actuación, el Rector Mayor de los salesianos en todo el mundo, el Padre Pascual Chávez, ha recalcado «los años muy fecundos y el gran testimonio del Padre Domènech que ha afrontado su enfermedad con gran amor a la vida y con una gran fe». El Padre Chávez se desplazó con urgencia el pasado sábado (18 de julio) a Barcelona para acompañar al Padre Domènech. Le dio la unción de los enfermos y celebró con él la eucaristía en una ceremonia muy emotiva. Las últimas palabras de Antonio Domènech fueron dichas con serenidad a su hermana: «Estem a les mans de Déu i ell ens estima».
Oriol DomingoLa Vanguardia 22/07/2009
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