¿Qué sería de una familia sin una madre? En nuestra familia, la Iglesia, María es Madre de los creyentes, porque así como cooperó en la encarnación del Cristo a través de su «Fiat», así coopera en la generación continua de los nuevos hijos de la Iglesia. Pero aún más, no sólo en su función de Madre, sino en su función de «maestra» guía a los jóvenes a una acogida cada vez más plena de la fe en su Hijo. La Virgen María indicó a don Bosco su campo de acción entre los jóvenes, y lo guió y sostuvo constantemente. Creemos que María está presente entre nosotros como con los discípulos en el cenáculo, y continúa su misión de Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los cristianos. Nos confiamos a Ella, humilde esclava en la que el Señor se fijó e hizo grandes obras para ser, entre los jóvenes, testigos del amor inagotable de su Hijo, iglesia siempre joven.
Javier G. Monzón
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