Las Salesianas llegaron a Palencia hace más de 50 años, si bien, la casa de Villamuriel de Cerrato se fundó hace 25. En la capital palentina, una gran casa acogió a muchas niñas y jóvenes, huérfanas de ferroviarios. Una vez cerrada, se abrió una guardería infantil en Villamuriel, para atender a los hijos de los jóvenes matrimonios del pueblo, que habían llegado allí en busca de trabajo; luego, durante poco tiempo, pasó a ser una casa de salud para hermanas mayores y en la actualidad, es una casa que acoge a 21 menor, de entre l6 y 18 años, en situación de riesgo. Puertas siempre abiertasCon el slogan “25 años ¡Seguimos Caminando!” se ha querido expresar cómo, desde sus orígenes, la casa fue una misión de puertas siempre abiertas a las necesidades de la gente más sencilla. El acto de apertura comenzó el día 28 con la celebración eucarística en la capilla de los Salesianos. Allí se fueron congregando salesianos y salesianas, sacerdotes seculares y miembros de la Familia Salesiana, los menores de la casa y muchas personas cercanas al carisma salesiano. Presidió la celebración don Eusebio Martínez, SDB, actual vicario inspectorial de León, y concelebraron numerosos sacerdotes salesianos, el párroco y el vicario de la parroquia del pueblo.A continuación, en la Casa de la Cultura de Villamuriel, se hizo un homenaje de gratitud a la obra salesiana y a las hermanas, educadores y educadoras que han trabajado en la misión a lo largo de estos años. Las expresiones fueron múltiples y variadas: Un grupo de niños, niñas y adolescentes de la residencia de menores representó una preciosa obra a través de mimo y danza; La rondalla de Astudillo (Palencia) hizo vibrar, además de sus instrumentos, los corazones de los presentes; un antiguo alumno de la guardería infantil interpretó dos canciones con una melodiosa voz y, por último, los coros y danzas del pueblo nos deleitaron con los sonidos de sus instrumentos y los movimientos armoniosos de sus movimientos. No faltaron otros gestos de agradecimiento por parte de los grupos de la Familia Salesiana. El saludo y el reconocimiento de la inspectora, Mercedes Rodríguez puso fin a este acto. Después se compartió la comida en una bodega del pueblo, donde continuaron los gestos de apoyo y gratitud a las hermanas que vivieron en la casa y a la “tareas” que se han ido realizando hasta el momento. Nos despedimos con un sentimiento fuerte de gratitud a Dios y de gratitud mutua por la misión educativa que allí se sigue realizando.
Pilar Moreda
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