Las Constituciones definen el Capítulo “como una reunión fraterna”, “expresión de la unidad en la diversidad”. Así ha sido. Pero un Capítulo General es mucho más que un encuentro fraterno de dos meses. Tiene un antes y un después. Una preparación y una “puesta en práctica”.El 24 de junio de 2006 Don Pascual Chávez firmaba la carta de Convocatoria invitando a los hermanos a considerar el evento capitular “como un nuevo Pentecostés en la vida de la Congregación” y señalaba como tema el “da mihi animas cetera tolle”, que representa el programa espiritual y pastoral de Don Bosco y expresa la “identidad carismática y la pasión apostólica del salesiano”.En las raíces del espíritu salesianoLos objetivos del Capítulo estaban claros en la mente del Rector Mayor: encender el corazón de cada salesiano con la pasión de Don Bosco por la salvación de los jóvenes. Sólo así la Congregación recuperaría la frescura y la energía de los orígenes, se entregaría con generosidad a la misión en los nuevos contextos en que la cultura actual nos desafía; sólo así la Congregación y la Familia Salesiana podrían pensar en un fecundo futuro de servicio a Dios en su Iglesia.En su carta el Rector Mayor hablaba de iniciar procesos de reflexión comunitaria que propiciaran la conversión personal, el cambio de mentalidad, la renovación de estructuras. A esta tarea se dedicó cada una de las 96 Inspectorías salesianas del mundo, que comenzaron a analizar la situación de los jóvenes a los que se sentían enviados, sus esperanzas, necesidades y desencantos; las manipulaciones a las que se ven sometidos, la falta de horizontes en la que crecen, las esclavitudes que paralizan sus mejores energías. Las nuevas pobrezas de los jóvenes se convierten en desafíos para los salesianos, que tratan de buscar respuestas salvíficas para las diversas situaciones, convencidos de que Cristo sigue siendo el Salvador universal, el Camino, la Verdad y la Vida.Con los deberes realizados y con una gran esperanza, los capitulares se concentraron el 23 de febrero en Turín, cuna del carisma salesiano. En la casa del padre y bajo el manto de la Auxiliadora, ha sido fácil descubrir las raíces del espíritu salesiano, la fuente de inspiración y los dinamismos del carisma. Todo ha tenido origen aquí, en el corazón pastoral de Don Bosco. Todo ha salido de aquí, pues María Auxiliadora ha seguido haciendo todo, acompañando a sus hijos que año tras año salen de su basílica para anunciar el Evangelio en los más remotos lugares de la tierra.Encarnar hoy a Don BoscoEl conocimiento mutuo y el compartir las distintas realidades ha reforzado el gozo común de ser salesianos y la corresponsabilidad: la Congregación es de todos y todos somos responsables de su crecimiento, de sus recursos y de sus desafíos. La diversidad de situaciones vividas ha potenciado la unidad del espíritu y de los corazones. Don Bosco, jóvenes pobres, sistema preventivo, María Auxiliadora significan lo mismo en el corazón de cada uno de los capitulares.Los ejercicios espirituales terminarán de poner a los capitulares en sintonía con el Espíritu; las resistencias y reticencias humanas van cediendo y todos estamos prontos para escuchar la voz de Dios que nos invita a la santidad personal, a ser profetas de fraternidad, y que nos envía de nuevo a los jóvenes más pobres como misioneros y testigos de su amor.Convencidos -como recordó el Papa- de que “el carisma de Don Bosco es un don del Espíritu para el entero Pueblo de Dios” y más necesario y actual que nunca, los capitulares se entregan a reflexionar para traducir en adecuadas líneas de acción, lo que supondría ser un Don Bosco hoy para los jóvenes. Con un mismo corazón y un mismo espíritu se han buscado respuestas educativas y pastorales diferentes, para los diferentes contextos en los que se expresa y encarna el carisma salesiano; pues se trata de vivir con la misma frescura y fecundidad la experiencia de Don Bosco con sus jóvenes en Valdocco, aunque en otras coordenadas de tiempo, lugar y cultura.La herencia más preciada¿El Capitulo General ha logrado su objetivo? Eso va a depender de nosotros. Aquí comienza el “después del Capítulo” o el verdadero Capítulo. Cada salesiano y cada miembro de la Familia Salesiana han de querer hacer suya cada una de las deliberaciones e indicaciones capitulares. El primer corazón que puedo inflamar de amor a Dios y a los jóvenes, es sin duda, el mío. Este trabajo de personalización debe hacerse.En el Capítulo, hemos hablado mucho de volver a Don Bosco y de partir de nuevo de Don Bosco para estar con los jóvenes, pues a los jóvenes nos envía Dios y en ellos debemos saber descubrirle. Aunque no lo sepan formular, los jóvenes necesitan compañeros de camino creíbles y competentes que les ayuden a afrontar y superar los obstáculos que encuentran en la búsqueda del sentido de la vida, en el camino de la libertad, en la experiencia del amor.El documento capitular comienza afirmando que “la pasión de Don Bosco por la salvación de la juventud es nuestra herencia más preciosa”. Lo que se recibe en herencia es sagrado, no se puede dilapidar; hay que hacerla fructificar. Por eso, con Don Bosco, el Capítulo invita a todo miembro de la Familia Salesiana a vivir con entusiasmo el proyecto de santidad, a ser testigos gozosos y creíbles del espíritu salesiano, enamorados de Dios y entregados a los jóvenes “hasta el último aliento”. Sólo así podremos decir que el CG-26 ha sido una buena noticia; por sus frutos lo conoceréis.
Filiberto Rodríguez
No hay Comentarios