Existen cientos de blogs de gente joven, alternativa, que se reúnen en wikimetros, nuevos ateneos de la Red. De ahí han surgido convocatorias a «Sentadas por una vivienda digna», «menús familiares a un euro», «Contra la especulación de todo tipo».
No sé cómo va el boxeo. Tampoco me interesa mucho. Pero parece que hoy, aquí y ahora, hay cada vez menos lugar para la indirecta en el debate social, económico o político. La directa, las directas, copan los titulares. Una
Los salesianos, como el resto de los mortales, nos merecemos una moratoria, al menos, al menos, como la de las ballenas. Un aplazamiento de sustos. Eso, poder emerger cada mañana, tomar aire con regusto y lanzar chorros dorsales de agua
Había mueca de afecto en su cara envejecida. Una mueca de afecto dirigida a algo o a alguien entrevisto en una esquina de la calle. Cruzó la frontera de las plantas y se acercó a lo que tanto afecto y
Cuando los diputados conservadores Francisco Lastres y Manuel Silvela entraron en la sala de visitas de Sarriá, en Barcelona, el corazón de Miguel Rua latía como un reloj enloquecido. Sin escape. Don Bosco le buscó con la mirada. Estaba contra
El tiempo recuperado de los primeros salesianos en Madrid en la calle Zurbano 52, entre 1899 y 1900, huele a villancicos de cebolla, a fritura, a vasos volcados en hule y a silencios mudos, mientras brama la noche en solares
Todo Madrid se puebla de farolillos a la veneciana en las fiestas de la Paloma o la Almudena. Nuestras Señoras de los unos y de los otros. Toda Cataluña, inmediata y precisa, anda los caminos que suben a Monserrat. Toda
Entonces las salesianas del colegio de Este vieron asomar por el extremo de las arcadas del pórtico de su patio la cabeza de Miguel Rua. Llevaba la misma sotana negra-gris brillante de todos los días, las manos abrazadas a un
Un tranquilo Felipe Rinaldi, elegido por Rua, como su vicario general, a la muerte de Belmonte, vicario anterior, empujó papeles y libros con la historia de los salesianos primeros, cuadernos de apuntes, libretas de notas. Transportó cajas de documentos al
Llegó un coche vacío, después otro. Llegaron dos coches vacíos, después otros y otros. A la nobleza y burguesía de Braga, en Portugal, nadie le podía gastar bromas y menos afrentas. Y lo del superior general de los salesianos sonaba