El 24 de abril, a medio día, comenzaba la misa funeral en la iglesia de María Auxiliadora de los Salesianos de Deusto, en Bilbao. Estaban presentes sus familiares más cercanos y muchos amigos y feligreses de la comunidad parroquial de Santurtzi.Presencia y cercanía Presidió la celebración el Rector Mayor y concelebraron más de 100 sacerdotes salesianos y diocesanos, entre ellos los consejeros generales para la Pastoral Juvenil y la Formación, el regional para Europa Oeste, El director de la Casa General en Roma, el secretario del Rector Mayor, todos los inspectores de España y Portugal, inspectores de la AFO y ATE y el delegado del Rector Mayor para Mozambique. Los delegados nacionales y salesianos con cargos de animación nacional o internacional quisieron estar cerca de quien, por ocho años, ocupara el cargo de delegado nacional de Pastoral Juvenil; también muchos salesianos de diversas casas, así como las Hijas de María Auxiliadora, las inspectoras de Madrid y León y otras hermanas que traían un saludo especial de la Madre General. Representantes de los diversos Grupos de la Familia Salesiana de la inspectoría y muchos amigos de Valentín expresaron con su presencia y oración el homenaje que, desde la fe, querían darle en ese día.Premio y regalo El Rector Mayor en su homilía, destacó que "Valentín fue un regalo para los jóvenes… Tenemos que convertir nuestro luto en danza… Se ha marchado durante la noche de Pascua y en el corazón de África. Hay que dar gracias a Dios por tener la tumba abierta de Jesús para decirnos que la última palabra no la tiene la muerte". "Hoy es un día de fiesta, ya que si un Salesiano muere en el campo de trabajo es un gran premio para la Congregación. Valentín nos ha traído ese premio y ese regalo. Nos da la mano y nos hace entender, junto con Marta, la frase: Yo soy la resurrección y la vida”.Una cruz desde Monzambique En el momento de las ofrendas se presentaron diversos motivos alusivos a la vida y trayectoria de Valentín. En la acción de gracias, la Delegación de Mozambique expresó su agradecimiento a la familia de Valentín y le entregó una cruz traída para tal finalidad. En la despedida del templo, después de entonar el canto a la Virgen "Rendidos a tus plantas", Valentín fue despedido con el sonido del ;i>txistu, que invitaba a decirle como despedida y oración ;i>Agur, Jaunak. A continuación del funeral se le dio sepultura en el panteón salesiano del cementerio de Barakaldo, donde el Rector Mayor expresó su convicción de que "Valentín había sido un ejemplo de vida para decirles a los jóvenes que merece la pena seguir a Jesús".
PMS
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