Colombia vive un momento histórico de apuesta por la paz que puede acabar con más de medio siglo de conflicto armado. La guerra abierta entre las guerrillas de las FARC y el ELN, los grupos paramilitares y el Estado ha dejado más de 260.000 muertos y ocho millones de víctimas, la mayoría civiles. Por desgracia, Colombia es el único país de América en el que aún se recluta a niños para participar en la guerra y la estimación es que aún hay entre 8.000 y 13.000 menores soldado allí.
Los Salesianos de Colombia tienen un papel protagonista en este nuevo y esperanzador proceso de paz, ya que son la única institución religiosa que acoge, educa, reinserta en la sociedad y acompaña a los menores desvinculados del conflicto armado. “A través de los Centros de Atención Especializada (CAE) de Cali y Medellín, los Salesianos hemos conseguido en los últimos 15 años que más de 2.300 menores regresen con sus familias y tengan un futuro lleno de oportunidades gracias a la formación integral que reciben”, asegura el salesiano Rafael Bejarano, director de Ciudad Don Bosco en Medellín.
Más de un centenar de jóvenes, de entre 14 y 18 años, convive en régimen de internado mixto en los centros salesianos dedicados a los menores desvinculados del conflicto armado. “Empuñaron un arma desde el primer día, pasaron semanas sin apenas comida en las operaciones militares, sobrevivieron en la selva con lealtad a los jefes pero sin infancia… Son audaces, constantes y destacan por su fuerza de voluntad y obediencia, lo que en su nueva vida se convierte en una gran ventaja en los estudios, por eso en Ciudad Don Bosco sólo nos preocupa su futuro sabiendo lo terrorífico que fue su pasado”, recalca el salesiano.
Hablamos de menores con infancias robadas, de entornos de violencia y de falta de cariño y de un ambiente familiar imprescindible en los años de aprendizaje más importantes de la vida. Sus rostros duros y sus tatuajes contrastan con su inocencia y su inseguridad al hablar. “Llegan con una educación militar y son violentos. Quieren tener normas y te piden castigos cuando lo hacen mal y cuesta hacerles entender que es normal equivocarse. Sin embargo, la pedagogía de la confianza de Don Bosco da sus frutos y se les abre un mundo desconocido hasta entonces y lleno de oportunidades”, explica el director de Ciudad Don Bosco.
El sugerente nombre del programa para los menores desvinculados del conflicto armado es Construyendo sueños. Cuenta con educadores, psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales, nutricionista, médico… Hay seguimiento individual y grupal. Entrevistas personales e informes de cada especialista. Encuentros mensuales con los padres y entre padres e hijos al menos semestralmente, aunque hablan por teléfono todas las semanas.
Rafael Bejarano destaca que “nos encontramos con chicos que han sido entrenados como francotiradores o para descuartizar cuerpos sin dejar huellas, por lo que llegan pensando sólo en matar y con un gran resentimiento. El drama de las chicas es aún peor. Muchas son reclutadas por los grupos armados con apenas 8 o 10 años. Esto quiere decir que cuando empiezan a desarrollarse como mujeres ya son usadas por los guerrilleros como objetos sexuales. Por desgracia es muy común la historia de bastantes chicas que a los 15 o 16 años han sido obligadas a abortar 5, 6, 7 veces… y esto causa una herida profundísima en sus vidas”.
Presentación del documental ‘Alto el fuego’
Este mes de febrero, Misiones Salesianas presenta el documental Alto el fuego, grabado en Medellín en julio pasado, sobre la realidad y las vicisitudes que vivieron los menores que combatieron en los grupos armados y que ahora comienzan una nueva vida gracias a los Salesianos. La presentación en Madrid tendrá lugar el día 9, pero antes el documental será presentado en Roma, en Bruselas ante las instituciones europeas y después lo hará en Ginebra y Bonn. Dos de los protagonistas, ahora mayores de edad, viajarán junto al director de Ciudad Don Bosco y al responsable de los Programas de Protección de la Infancia de la institución salesiana para darlo a conocer y ofrecer su testimonio. Del 20 al 24 de febrero el documental y sus protagonistas también viajarán para presentarlo a las obras salesianas de Valencia, Sevilla, Bilbao, Burgos y León.
Alberto López Herrero
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