Inmersos en el calor asfixiante del verano somos espectadores de excepción de cómo nuestras calles se vacían a medida que el sol llega a su cenit. Colegios vacíos, carreteras atascadas, terrazas que según cae la tarde reciben el goteo de los sedientos trabajadores y veraneantes deseosos de un refresco, horchata o cerveza con los que paliar los efectos impetuosos que el estío causa en sus gargantas.Fiesta del agua Este verano, de una manera especial, nos veremos bombardeados desde los medios de comunicación, por el agua. “La gran fiesta del agua en la tierra” reza el eslogan de la Expo de Zaragoza. El manidísimo trasvase del Ebro seguirá sirviendo como arma arrojadiza entre partidos políticos, enfrentando a hermanos por el bien más necesario para la vida, el agua. “Beban mucha agua” será el consejo de los presentadores de los telediarios cara a combatir la enésima “ola de calor más fuerte del siglo”. Las piscinas repletas de niños y las playas del levante español donde será imposible encontrar un hueco para tender la toalla o clavar la sombrilla se convertirán en el recurso más utilizado para completar minutos en los informativos y llenar páginas en esos diarios en plena “operación bikini”, que día tras día pierden unos gramos antes de llegar a los kioscos.Pero el agua, además de ser parte importante del anecdotario estival, se está convirtiendo en fuente inagotable de disputas. Hoy, en pleno siglo XXI, el agua brota como el mayor conflicto geopolítico de la centuria, justo hoy, cuando los países occidentales hemos tomado conciencia de que el agua es un bien escaso, algo que resulta irónico en el llamado “planeta azul”. Muchos están sedientosMás de 2.200 millones de habitantes de los países en vía de desarrollo, la mayoría niños, mueren todos los años de enfermedades asociadas con la falta de agua potable, saneamiento adecuado e higiene. Además, casi la mitad de los habitantes de estos países sufren enfermedades provocadas, directa o indirectamente, por el consumo de agua o alimentos contaminados.Pero es, en esos países en vía de desarrollo, donde el agua, se convierte en agua viva y se resuelve la dicotomía entre el agua de la samaritana y el agua viva, Jesucristo, que nos plantea el Evangelio de Juan: “El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna”.Pozos de agua vivaEl sacerdote salesiano Valerio Zudaire trabaja en la región de Cinkassé, una de las regiones más pobres de Togo, en la frontera con Burkina Faso. Él nos comentaba la importancia del agua en una región como Cinkassé donde llueve sólo tres meses al año y donde existe un pozo disponible para varios pueblos.Gran parte de la tarea misionera del Padre Valerio gira en torno al agua. La misión de Cinkassé se hace cargo de la tarea pastoral en cerca de 24 pueblos de la zona, pueblos que se unen alrededor de un pozo. Las mujeres y niños de los pueblos, cada uno de una etnia distinta, con un dialecto distinto tienen que caminar varias horas en busca del agua y muchas veces la lejanía de los pozos les hacía perder el día entero en la tarea de tener agua para que beba la familia, poder cocinar… Valerio Zudaire y sus compañeros salesianos se dieron cuenta del gran problema que tenían entre manos: si un niño dedica toda la mañana a la tarea de recoger agua, jamás podrá estudiar, formarse ni ir a catequesis. Por eso, ellos llevan varios años trabajando en la construcción de pozos en la zona, siguiendo la máxima de un pueblo, un pozo, una escuela. Un pozo cerca de casa significa mucho para cualquiera de esos pueblos de Cinkassé, ese pozo es la certeza de que tendrán agua para satisfacer sus necesidades básicas, ese pozo será el lugar de reunión de las mujeres y los niños del pueblo, ese pozo será la fuente donde brote el agua viva.Agua viva que comienza a nacer en esa pequeña y modesta escuela construida al lado del pozo, pequeña escuela dirigida por un maestro local, conocedor del dialecto del pueblo y del francés, lengua oficial de Togo. Pequeña escuela donde los niños y los adultos aprenderán a escribir y leer, y donde conocerán las enseñanzas de Jesús, para que ellos sean pronto ese surtidor, esa fuente donde otros más pequeños puedan acercarse a beber del agua que quita la sed.La vida nace alrededorPorque al final todo es una cadena, cadena que comienza con la construcción de un pozo gracias al apoyo económico de los bienhechores de Misiones Salesianas. Tarea que continúa con la construcción de una escuela al lado del pozo y la formación de un maestro para atender esa escuela. Así el pozo se convierte en el centro neurálgico del pueblo, los chicos se reúnen allí cada mañana con sus recipientes. Jarros, bidones, vasijas que dejarán en la puerta de la escuela mientras tiza en mano aprenden a sumar, a leer, a escribir y se acercan a ese amigo que les quiere y les da la vida, y aprenden a llamarle por su nombre, Jesús. Y volverá a cumplirse el relato evangélico que narra Mateo y comienza “Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber”; y ante la sorpresa de aquellos que escuchaban al Rey culmina: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis. Agua que da vida, agua que calma la sed, agua que educa, agua que bautiza, agua que limpia, agua que nos une a todos los hermanos en torno a un pozo, en torno a una fuente; agua viva que cura la enfermedad más grave que padecen los más desfavorecidos de nuestro planeta y que origina la pobreza, la carencia de educación. Y un día no muy lejano esos niños que vemos en las fotografías unirán sus voces a las nuestras y cantaremos juntos que el agua del Señor sanó nuestras enfermedades.
Lorenzo Herrero
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