Queridos alumnos de Atocha: Acabamos de terminar el curso, como quien dice, y en estos días estáis liados con la selectividad. Algunos habéis crecido mucho intelectualmente, durante estos años en el colegio; otros, quizá menos. Algunos os habéis esforzado mucho y a otros, quizá, os ha faltado un poco de voluntad. Pero lo que sí puedo afirmar es que la mayoría dejáis el colegio siendo muy buenas personas: nobles, cariñosos, respetuosos con los demás, conscientes de que no todo da igual en la vida y siendo capaces de distinguir lo que está bien de lo que está mal. Hace apenas un par de meses del viaje de fin de estudios… ése que en muchos institutos no se atreven a hacer, porque los profes no acaban de fiarse de que sus alumnos sepan comportarse como Dios manda. Sin embargo, en Salesianos Atocha no tenemos ese miedo, porque nuestra experiencia, desde hace más de 20 años, es que la inmensa mayoría de vosotros nos habéis demostrado siempre que sois merecedores de nuestra confianza. Y no estoy hablando de un grupo de alumnos seleccionado, sino de grupos amplios, de entre 70 y 140 alumnos, según los cursos. Hemos recorrido con vosotros media Europa, año tras año, y siempre habéis sabido responder a esa confianza siendo obedientes, puntuales, responsables, creando un sanísimo ambiente de alegría y compañerismo. Durante los viajes, nos hemos conocido más, hemos descubierto muchas de vuestras virtudes más ocultas, y hemos aprendido a vernos, mutuamente, de persona a persona más que de profesor a alumno y viceversa. Y no pocos años hemos recibido –ya lo sabéis- felicitaciones por parte de las agencias de viaje, de los hoteles y de los conductores, por vuestro buen comportamiento. Lo mismo he oído a otros profesores de otros colegios salesianos alguna vez, y, pienso: ¿tendrá esto algo que ver con el estilo educativo de Don Bosco? Es cierto que alguna vez, alguno de vosotros ha metido la pata haciendo algo que no debía, pero han sido casos muy puntuales. La pena es que siempre hay quien resalta esos casos, fijándose sólo en ellos, para decir de todos vosotros que no sabéis comportaros, que sois unos irresponsables y no tenéis remedio. Ya sabéis que eso pasa siempre: los malos, que son pocos, hacen más ruido que los buenos. Esta es la reflexión que quería compartir hoy con vosotros: estoy convencida, y mi experiencia me reafirma en mi opinión, de que la inmensa mayoría de vosotros, jóvenes, sois buenos, nobles, generosos, justos, responsables, íntegros. Que sois capaces de hacer grandes cosas. Que la mayoría vais a hacer de este mundo un lugar mejor. Así que no dejéis que esa minoría, que también lamentablemente existe, dé una imagen de vosotros que no os hace justicia. No dejéis que nadie os convenza de que no valéis y de que no podéis hacer nada bueno. Gracias por mantener viva mi fe en vosotros.
Marta Cesteros Yagüe
No hay Comentarios