La obra salesiana de Kénitra (Marruecos) ha celebrado recientemente el 75 aniversario. Los Salesianos llegaron a la ciudad en 1937, estando al frente del grupo el sacerdote Leon Beissiere. Kénitra era entonces una pequeña ciudad, hoy cuenta con 800.000 habitantes y está situada a unos 30 kilómetros al norte de Rabat. A lo largo de todo el año escolar se han realizado muchas actividades bajo el signo de este acontecimiento. El acto central para autoridades, padres, antiguos alumnos y amigos se celebró el 15 de mayo en el marco de una semana cultural. Acudió una gran multitud para manifestar su amor por la obra de Don Bosco, autoridades de la diócesis y del gobierno, directores de escuelas, antiguos alumnos y padres. Estuvieron presentes el nuevo provincial de Francia, Daniel Ferderspiel y el provincial de Bolivia, Cristóbal López, anterior director de la obra. En las palabras de saludo, José Antonio Vega, actual director, destacó algunos momentos de la historia: “Quisiera contaros una anécdota: un señor, antiguo alumno de Don Bosco, ingeniero en una empresa de Rabat, vino a hacer una visita. Llegó antes del recreo de las 10 de la mañana. Dio vueltas por el patio, curioseando todo, pidió permiso para subir a ver las clases, los pasillos. Una hora más tarde, con lágrimas en los ojos, me dice: ’Padre, es aquí donde yo he pasado los años más hermosos de mi vida, cuánto he corrido y jugado; éramos verdaderamente felices. Es verdad que el director era un poco severo, pero tenía un corazón de oro”. Esta historia real podría ser la de tantos antiguos alumnos que han estudiado en las clases de la Pequeña Escuela San Juan desde 1937, y después en las de la Escuela Don Bosco a partir de 1951. Todo era pequeño al comienzo en los sótanos de la gran iglesia, y más grande aquí, en esta sede actual. Cada decenio ha estado marcado por innovaciones, transformaciones, nuevas iniciativas, todo ello para la juventud de Kénitra. Recordamos a más de 180 profesores extranjeros o marroquíes que han enseñado con sentido del deber y competencia, y a unos 50 salesianos que han animado los diversos sectores: la Parroquia, la Escuela, el Colegio, la Asociación JUK (Joyeuse Union de Kénitra; “Sociedad de la alegría de Kenitra”), la Escuela profesional JUK-SPEL (Sección Profesional de Electricidad). Hay que señalar también que 3 antiguos directores viven aún y les rendimos homenaje, estén o no presentes en este momento entre nosotros: Lucien Mazeas, Benrabah Ramdan, y Cristóbal López. Pensamos en todos los antiguos alumnos de Don Bosco, de la JUK o del Colegio, así como en los amigos que se han divertido y educado. No olvidamos momentos difíciles pasados que han afectado a la Obra: la Segunda Guerra Mundial, la independencia del país, la nacionalización de las propiedades, la arabización… En todas las circunstancias, Don Bosco ha dado prueba de valor, de imparcialidad y de iniciativa. Su objetivo era mantener el servicio a la juventud, sin discriminación, con un espíritu abierto, es decir con el Sistema Preventivo del gran educador que fue san Juan Bosco. Sus hijos espirituales han transmitido estos valores y actualmente tantos profesores de este país aman a Don Bosco y estiman su pedagogía que pone en el centro al joven y le da confianza. Cada chico es amado y valorizado. La escuela tiene un solo objetivo: ayudar a crecer como persona para hacer de cada uno un buen creyente y un buen ciudadano: un valor para la sociedad. Hoy la obra de Don Bosco continúa enriqueciéndose de otras experiencias de renovación. El equipo de profesores y de padres más conscientes, desean transmitir y mejorar el espíritu educativo de Don Bosco. “Don Bosco”, nuestra escuela, no es solamente una escuela más de la ciudad de Kénitra: es un conjunto de valores que queremos transmitir a las generaciones futuras. El libro publicado «Yo amo mi escuela, yo admiro su historia» (75 años de la obra de Don Bosco) es la memoria de educadores y de miles de alumnos que han vivido con alegría su formación, y también la de padres que han confiado en este método educativo. Actualmente trabajan en esta casa 3 salesianos (uno enfermo en París); llevan adelante, con los colaboradores, un conjunto de 1.200 alumnos musulmanes de la escuela elemental (690 niños y niñas), del colegio (250, que en España equivale a la ESO), de la escuela profesional (150 jóvenes) y 40 de “Pasarela” (chicos en abandono escolar); una parroquia de 120 católicos, casi todos de África subsahariana y un gran número de actividades culturales y deportivas. En las ciudades de Marruecos hay un gran número de estudiantes subsaharianos, principalmente de los países africanos de lengua francesa, portuguesa o española. Tal vez unos 25.000. En Kénitra, alrededor de 1.000, que tienen la Obra de Don Bosco como centro de sus actividades culturales, deportivas y festivas los sábados y los domingos. Ante las autoridades de Marruecos, nuestra Obra es su sede, y son musulmanes, católicos o protestantes. En nuestra casa se encuentran para reunirse, jugar, conmemorar fiestas nacionales o hacer conferencias. La escuela maternal “Santa Familia”, con 240 niños y niñas y la escuela profesional femenina en la misma sede con 30 chicas. Hoy estamos presentes en una sola Comunidad, pero en tiempos del Protectorado francés llegó a haber 4 Comunidades salesianas en Marruecos, con otras escuelas, parroquias y centros rurales.
José Antonio Vega
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