Hay que seguir llamando como hizo don Bosco aquel 9 de diciembre de 1859. En su habitación se ha reunido el grupo de los jóvenes con más experiencia de Valdocco que él ha ido preparando para este momento. Todos han sido convocados por don Bosco. Ante lo que el padre les comunica y les propone se produce un cierto revuelo entre aquellos jóvenes: ¿qué nos está pidiendo don Bosco?, ¿no basta con ser colaborador –animador diríamos hoy- suyo en el Oratorio? Pero aquellos 19 jóvenes, saben que en sus vidas ya no hay vuelta atrás. Saben que todo ha cambiado. Se han sentido llamados por el “contagio”que se desprende de aquel sacerdote. No basta estar en primera línea de la animación, hacen falta jóvenes más comprometidos con don Bosco. Jóvenes que entreguen su vida plenamente al servicio del Evangelio, como Jesús, el Buen Pastor, como don Bosco. Es cierto que aquellos jóvenes convocados por don Bosco para hablarles de sus planes de fundar una Congregación con ellos, entran en una pequeña “crisis” personal ante la decisión que han de tomar. La respuesta la da, sin embargo, Cagliero: “fraile o no, me quedo con don Bosco”. La propuesta de don Bosco sigue siendo actual. La realiza toda su Familia. Los Salesianos especialmente invitan y las familias de los jóvenes llamados acompañan. Todas la vocaciones son necesarias en la Iglesia pero algunas son precisas. A un salesiano lo sustituye otro salesiano.
José Mario Pérez
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