El Movimiento «Hogares Don Bosco» está animado por una espiritualidad propia que tiene su fundamento en Cristo. Él, en efecto, salió a nuestro encuentro en el sacramento del Matrimonio y, como fruto de éste, permanece en nosotros como fuerza que nos ayuda a mantenernos fieles a las exigencias de la vida matrimonial y de la paternidad / maternidad; nos ayuda a educar a los hijos en la fe y el amor, y nos pone en condiciones de caminar constantemente hacía su plenitud humana y cristiana, con espíritu salesiano. Por supuesto que todos los Hogares Don Bosco tenemos claro también que el matrimonio es una vocación; un don del Espíritu Santo destinado a la edificación de la Iglesia a la que don Bosco amó apasionadamente. Del mismo modo, sabemos que el objetivo último en nuestras relaciones mutuas, consiste en «ser signos auténticos del amor de Cristo a la Iglesia» y, en ella, de modo especial a los jóvenes. Nuestra espiritualidad, por último, no se olvida de María, a quien Hogares Don Bosco honramos de modo especial bajo el título de Auxiliadora, unida a José su esposo. Ella es modelo de nuestra vida espiritual y familiar. Ella, que en medio de sus preocupaciones y trabajos domésticos, estuvo constantemente unida a su Hijo y cooperó de un modo singular a la obra del Salvador. Ella, sin lugar a dudas, ocupa un lugar privilegiado en nuestras familias.
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