Este es el diagnóstico que hago de María Dominica Mazzarello, o santa María D. Mazzarello desde que así fue declarada por el Papa Pío XII el 24 de junio de 1951. Nadie pensaría que a la humilde campesina de Mornese, la mujer sencilla y llena de sabiduría evangélica que rápidamente conectó con don Bosco, con su figura y su carisma, iba a ser recordada y seguida por miles de jóvenes que como ella se enamoraron de Dios y quisieron servirlo en los jóvenes de los cinco continentes. Alguien ha dicho que los santos son en la Iglesia y en el mundo como vidrieras que dejan pasar la luz. Reflejan el rostro de Dios, nos hacen percibir los rasgos de su belleza, de su sabiduría de su bondad. Ésta es la mejor radiografía para mi de María Mazzarello. A través de ella pasó un rayo de la luz de Dios en su Iglesia y después de 125 años de su muerte (14 de mayo de 1881), continua iluminando. Por eso hacemos memoria de la trayectoria vital de esta joven comprometida, mujer consagrada, madre y fundadora junto con don Bosco del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora (FMA), en Mornese y Nizza Monferrato, lugares del norte de Italia donde nació y vivió santa María D. Mazzarello.
Olga Portero Rodríguez
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