«La Iglesia está orgullosa de haber elevado y liberado a la mujer, de haber hecho resplandecer, en el curso de los siglos, dentro de la diversidad de los caracteres, su innata igualdad con el hombre. Pero llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzado hasta ahora. Por eso, en este momento en que la humanidad conoce un cambio tan profundo, las mujeres llenas del espíritu del Evangelio pueden ayudar tanto a que la humanidad no decaiga».Mensaje del Concilio Vaticano II a las mujeres8 de diciembre de 1965
No hay Comentarios