A la Virgen María no se le escapa nada. Ella lo dejó todo para visitar y ayudar a su prima Isabel. Me ayudan mucho estas palabras del papa Francisco: “Cuando la Virgen, en cuanto recibió el anuncio de que sería la madre de Jesús, y también el anuncio de que su prima Isabel estaba encinta —dice el Evangelio—, se fue deprisa; no esperó. No dijo: ‘Pero ahora yo estoy embarazada; debo atender mi salud. Mi prima tendrá amigas que a lo mejor la ayudarán’. Ella percibió algo y ‘se puso en camino deprisa’. Es bello pensar esto de la Virgen, de nuestra Madre, que va deprisa, porque tiene esto dentro: ayudar. Va para ayudar, no para enorgullecerse y decir a la prima: ‘Oye, ahora mando yo, porque soy la mamá de Dios’. No; no hizo eso. Fue a ayudar. Y la Virgen es siempre así. Es nuestra Madre, que siempre viene deprisa cuando tenemos necesidad. Sería bello añadir a las Letanías de la Virgen una que diga así: ‘Señora que vas deprisa, ruega por nosotros’. Es bello esto, ¿verdad? Porque Ella siempre va deprisa, Ella no se olvida de sus hijos. Y cuando sus hijos están en dificultades, tienen una necesidad y la invocan, Ella acude deprisa. Y esto nos da una seguridad, una seguridad de tener a la Mamá al lado, a nuestro lado siempre. Se va, se camina mejor en la vida cuando tenemos a la mamá cerca. Pensemos en esta gracia de la Virgen, esta gracia que nos da: estar cerca de nosotros, pero sin hacernos esperar. ¡Siempre! Ella está —confiemos en esto— para ayudarnos. La Virgen que siempre va deprisa, por nosotros” (26.05.13).
Quiero rendir homenaje a todas las personas que dedican tiempo a visitar a los demás, acompañar a los enfermos, a buscar trabajo a los parados, a dibujar una sonrisa en el corazón triste, a defender a lo que están injustamente silenciados, a preparar la mesa y el pan. Van siempre deprisa. Son de santo corazón inquieto. Así es la Asociación de María Auxiliadora, ¡qué gran servicio realizan durante todo el año y especialmente en Mayo! ¡Qué gran labor la visita domiciliaria de las capillitas que tanto bien hacen! ¡Gracias a los que prestan este servicio! Y recuerda: el 24 de Mayo, la Madre te espera. Azul y rosa, altares, carteles, flores, cantos, pregones, procesiones, banderas, estampas, novenas… todo es poco para Ella. Sin olvidar que la mejor devoción es caminar tan deprisa como Ella ¡Envíanos “gracias” de la Virgen al Boletín Salesiano! y ¡Feliz Fiesta de María Auxiliadora!
Leonardo Sánchez Acevedo
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