PERÚ
El salesiano Hugo de Censi murió silenciosamente en diciembre de 2018. Ahora la obra de este salesiano italiano, nacionalizado peruano, sigue viva en más de 50 comunidades rurales y pobres del país, “a las cuales llevó no solo rezos, sino esperanza y trabajo”, según señala la prensa local.
Una de esas poblaciones es Polloc, donde generaciones de jóvenes deben su emprendimiento a la labor salesiana. También Cajamarca, localidad andina situada en la región montañosa del norte de Perú y que es la región más pobre del país, le debe mucho a Censi.
Su receta, “invertir en los niños y en las personas”, recuerdan los vecinos del lugar. El padre Hugo, así le llamaban, llegó a Perú en 1976. “Tenía 52 años y había vivido bajo los Alpes, así que escogí un sitio que tuviera nevados”. Ese sitio fue Chacas, destruido por el terremoto de 1970. Ahora el pueblo, donde Hugo de Censi fue el párroco durante 42 años, goza de unidad y optimismo. Allí está enterrado hoy en día.
Allí levantó el Santuario Virgen de Rosario, empleando a jóvenes que recibieron instrucción técnica. Muchos incluso han montado empresas donde se realizan mosaicos, esculturas así como huertos o talleres.
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