Desde hace algunos años de vez en cuando se hacen virales algunos retos por las redes sociales, buscando adeptos y atrevidos que se sumen a ellas y compartan las imágenes de su hazaña a través de Internet. Se popularizan por su carácter solidario, como fue la de tirarse un cubo de agua helada por encima a favor del ELA –IceBucketChallenge-; y otros por ser puro entretenimiento, como el MannequinChallenge, proponiendo grabar un vídeo con muchos protagonistas totalmente congelados, o el WaterBottleFlipChallenge, el reto de lanzar una botella haciendo que dé un giro en el aire y que caiga de pie.
#TalkaboutJesusChallenge… es el reto de este mes ¡atrévete!, como lo hicieron los primeros cristianos que “no cesaban todo el día (…) de enseñar y anunciar la Buena Noticia de Jesús” (Hch 5, 42). Un verdadero reto misionero.
La Iglesia nació misionera y los que la formamos, así nacimos por el bautismo… todos somos misioneros en la medida que aceptamos el reto de llevar a Jesús a las personas con las que cada uno trata. Ser misionero es tener la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús –dice el Papa- y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza, en el trabajo, en un camino… (EG, 127).
¡Que no pase ningún día sin anunciar a Jesús! ¿Quién se atreve a aceptar el reto? Es más… ¿Quién se atreve a proponer este reto en su familia, en su grupo o comunidad, en su parroquia? ¿Quién se atreve a proponer compartir las pequeñas experiencias vividas como discípulos misioneros?
¡Acepta el reto!
Paloma Redondo
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