Nací en Alquerías, en la bella región murciana. Mi formación salesiana se inició en el colegio Cabezo de Torres, continuada en Campello, Ibi y Godelleta. Mi vocación fue creciendo como una semillita sembrada en mi corazón cuidada por la familia y fortalecida por el testimonio de los salesianos de Cabezo de Torres. Concluida la formación filosófica, resonaron en mí las palabras de Jahvé dirigidas a Abraham: -Deja tu país, a los de tu raza y la familia de tu padre y anda a la tierra que yo te mostraré-. Esa tierra fue Bolivia. Llegué jovencito y pronto celebraré los 48 años de estancia. El Teologado Salesiano Benedikbeuern-Alemania me acogió para los estudios de Teología y Pedagogía Social. La bondad de nuestro Padre Dios me concedió la gracia de recibir la ordenación sacerdotal en mi pueblo natal. Mi luna de miel sacerdotal la pasé como educador en el internado de la Muyurina Santa Cruz. Concluida esta excepcional experiencia del Señor, los superiores me bendijeron con dos años en la Universidad Salesiana en Roma y pude abrir mis horizontes salesianos y eclesiales profundizando mi amor y conocimiento de la Iglesia universal. A mi regreso a Bolivia, mi servicio a la autoridad se concretó como vicario inspectorial y director de la Comunidad -María Auxiliadora- en La Paz. Colaboré con la Conferencia Episcopal como Secretario Adjunto, y después de la consagración episcopal en 1988, como Secretario General. El beato Juan Pablo II creó en 1994 la nueva diócesis de El Alto nombrándome su primer Obispo. Estoy intentando hacer realidad mi lema episcopal -hacer el bien a todos- (Hech 10, 38). La tarea ha sido organizar la diócesis trazándonos un gran desafío: -ser una Iglesia local y misionera, que estando atenta a la realidad y a los signos de los tiempos: se solidariza con los pobres, asume los valores auténticos de las culturas, se compromete con la lucha del pueblo por la vida y celebra sus gozos y esperanzas, en su caminar hacia el Reino-. Agradezco de corazón a la Congregación Salesiana que me preparó para servir a la Iglesia en Bolivia y a la Auxiliadora, cuya protección siempre sentí. La gente me dice que al ejercer el ministerio episcopal se nota que soy salesiano y pido a Dios que, a ejemplo de san Juan Bosco, me conceda esa mirada profética para responder a los signos de los tiempos con propuestas audaces y significativas en fidelidad al Evangelio.
Mons Jesús Juárez Obispo de la Diócesis de El Alto
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