Sí, es cierto. Don Bosco llegó, por medio de sus Salesianos, al Campo de refugiados de Palabek en Uganda. Y les escribo esta noticia porque sé que también vosotros os alegrareis de esta noticia que es eminentemente humana, y que sin duda tiene tanto de Evangelio y de Salesianidad para quienes formamos parte del carisma de Don Bosco o sencillamente, simpatía por lo que se hace en favor de niños, adolescentes y jóvenes, desde este gran árbol que es la Familia Salesiana de Don Bosco y que alberga a 31 grupos diferentes extendidos por todo el mundo.
En todo el norte de Uganda son cerca de 1.200.000 personas los refugiados, mayoritariamente sursudanés. En el mes de marzo del año 2016 comenzaron a llegar los primeros refugiados al campo de Palabek, a 77 km. de Gulu, la ciudad más grande del norte de Uganda, y a 340 kilómetros de Kampala, capital de Uganda.
Sabiendo esto, el Inspector de la Provincia Salesiana de Africa-Grandes Lagos visitó el lugar en una ocasión y me habló de ello. Yo le pedí a un salesiano miembro del equipo de misiones que fuese para ver la posibilidad de iniciar allí una presencia salesiana, puesto que si había niños, adolescentes y jóvenes desplazados, ese tenía que ser nuestro sitio.
Hoy son cerca de 36.000 los refugiados en Palabek. Un 86% son mujeres, niños y tantísimos adolescentes, escasos ancianos. Aprovecho para poner en evidencia que la mujer, la mayoría madres, llevan la peor parte en sus esfuerzos y sacrificios, aún siendo las salvadoras cada día de sus hijos. Un gracias a estas mujeres y madres. Nos alegra estar allí para poder atender a sus hijos.
El 31 de enero pasado los Salesianos pusieron su tienda, su carpa, en el campo de Palabek. Anima la comunidad don Arasu y con él otros tres salesianos, todos ellos misioneros, provenientes de Venezuela y de la India. Otros tres jóvenes Salesianos africanos se preparan para formar parte de esta nueva presencia en el mes de septiembre.
Alguno se preguntará si hemos ‘aterrizado’ con alguna megalo-construcción… No. Sencillamente hemos comenzado por vivir con ellos y entre ellos y hacer el mismo camino, vivir soportando el mismo calor y la escasez de cosas, para, desde ahí, ir haciendo un camino que ayude a mejorar la situación, en especial la educación, la preparación para la vida y el camino de fe de esos niños y adolescentes. Una gran mayoría son cristianos.
En Palabek, queremos hacer un camino que ayude a mejorar la situación, en especial la educación, la preparación para la vida y el camino de fe de esos niños y adolescentes.
Hemos constatado, ya desde el primer momento, que para el futuro serán necesarias escuelas maternas (también llamadas infantiles), escuelas primarias, centro de formación ocupacional y profesional, oratorios y centros juveniles salesianos. Veremos que pasos podamos dar y ojalá nos ayuden otras personas e instituciones.
Ya estamos empezando a buscar también apoyo material para animar litúrgicamente las diversas comunidades que se formarán, pues no olvidemos que 36.000 personas es mucho más que cientos de pueblos y de pequeñas ciudades de muchos lugares del mundo. Es una auténtica ciudad móvil, en carpas o tiendas de campaña.
Prepararemos catequistas para la animación y acompañamiento de esas comunidades cristianas, buscaremos y prepararemos jóvenes que animen oratorios salesianos, que den alegría y esperanza para vivir cada día. Formar y habilitar docentes para las escuelas e instructores para la formación profesional. Por fortuna no estamos solos. Ya hay algunos laicos en el campo de refugiados que ayudan y se empeñan en esta misión.
Somos conscientes de que juntos, poquito a poco, podremos hacer mucho para dignificar la vida de tantos miles de personas desplazadas, de que no estamos solos y de que cientos de personas que lo lleguen a conocer y que tengan noticia de esto sentirán su deseo de sumarse, o de colaborar en la distancia.
De esto se trata. Y por eso decía al inicio que Don Bosco ha llegado a Palabek en Uganda por medio de sus Salesianos, y que Jesucristo ha resucitado también entre los desplazados de Palabek. Los descartados de este mundo a causa de nuestras violencias y nuestro no hacer bien las cosas, siguen siendo los predilectos de Dios, mientras clama y nos pide que construyamos la única civilización humana válida, posible y duradera, la de la fraternidad humana, construida con la justicia y el derecho de todos a una vida digna.
Que la sonrisa no desaparezca de Palabek. ¡Feliz Pascua de Resurrección!
Ángel Fernández Artime
Rector Mayor
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