Desde la ventana de Roma cada mes se ven y se oyen más propuestas. A las audiencias generales, las visitas de jefes de estados, embajadores u otros personajes, el Papa continúa sus cortos viajes y los encuentros con instituciones. No podemos dejar en el archivo de los saludos del Papa, el realizado al encuentro organizado por Caritas Internationalis.
En su discurso ha descrito el significado de tres palabras clave: caridad, desarrollo integral y comunión. La caridad no es una simple ofrenda, la caridad tiene su origen y esencia en Dios mismo, es el abrazo de Dios nuestro Padre a toda persona, especialmente a los últimos y a los que sufren, que ocupan un lugar preferencial en su corazón.
La Iglesia, por lo tanto, no es una ONG ni una agencia humanitaria, es mucho más: es, en Cristo, la señal y el instrumento del amor de Dios por la humanidad y por toda la creación, nuestra casa común.
Realizar la caridad y prescindir de la visión total de la persona es imposible. He aquí la segunda palabra: desarrollo integral. Francisco propone que el servicio de la caridad debe, por lo tanto, elegir la lógica del desarrollo integral como un antídoto contra la cultura del descarte y la indiferencia, y reitera que “la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual” (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, 200).
La tercera palabra clave es comunión que define la esencia de la Iglesia. La comunión en Cristo y en la Iglesia, para el papa Francisco, es la que anima, acompaña y apoya el servicio de la caridad tanto en las propias comunidades, como en situaciones de emergencia en todo el mundo.
Dirá aún más Francisco: “No se puede vivir la caridad sin tener relaciones interpersonales con los pobres: vivir con los pobres y para los pobres. Los pobres no son números sino personas. Porque viviendo con los pobres aprendemos a practicar la caridad con el espíritu de pobreza, aprendemos que la caridad es compartir”.
Autor foto: Servizio Fotografico – Vatican media

No hay Comentarios