El show debe continuar
Una de las sorpresas más gratas del año cinematográfico ha sido “El gordo y el flaco”, dirigida por un desconocido John S. Baird, que cuenta el ocaso artístico de estas dos felices estrellas de los albores del cine.
Stan Laurel y Oliver Hardy (El gordo y el flaco en España) fueron uno de los dúos cómicos más importantes de la historia del cine. Su primer film lo rodaron en 1920. Tuvieron que adaptarse a la evolución de la técnica cinematográfica: la llegada del cine sonoro, la irrupción del color. Su gran versatilidad hizo que la pareja fuera ajustando su humor a las diversas innovaciones que iban llegando. Su última película se estrenó en 1951.
Su comicidad era de una sencillez abrumadora. Los pequeños gags –ellos lo llamaban rutinas– se basaban en las peripecias y apuros a los que la mala fortuna les sometía. Estos discutían y hacían enrevesadas las soluciones a los problemas, pero al final primaba la amistad y perdón entre estos dos personajes antagónicos.
La película recoge los últimos años de vida artística de esta pareja de cómicos que, por encima de todo, fueron grandes amigos. Una gira por teatros ingleses para de nuevo promocionarse les hace experimentar la decadencia, talento, afán por seguir adelante y, sobre todo, la amistad.
Tan divertida como tierna, deliciosa como humana, “El gordo y el flaco” es una muy bonita película que elogia la amistad de una forma bellísima.
“El show debe continuar” se dicen Laurel y Hardy en los momentos de dificultad… continúa el show de las tablas, la amistad, la vida. Una pequeña joya.
Ficha técnica: Año: 2018. Dirección: Jon S. Baird. Reparto: John C. Reilly, Steve Coogan, Shirley Henderson, Bentley Kalu, Nina Arianda, Danny Huston. Fotografía: Laurie Rose.
Josan Montull, sdb

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