En el mes de mayo nos llamó una señora que recibe el Boletín Salesiano. Vive sola en su casa y es la única revista que recibe. A pesar de sus años y la vista cansada, la lee con mucho cariño. Nos decía que se había emocionado mucho con el número de Mayo dedicado a María Auxiliadora y nos daba las gracias. ¡Qué gran comunidad formamos los lectores del Boletín Salesiano! No dejes de llamarnos y escribirnos. De comunicarnos las “gracias” de María Auxiliadora. La comunicación es muy importante. Cuando se cierran todos los canales y toda oportunidad al diálogo y a la conversación, la vida se acaba. ¡No dejes de comunicar y conversar para vivir!
Me ha gustado mucho el lema que la Iglesia ha dedicado este 2019 para la 53º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que lleva por título «“Somos miembros unos de otros” (Ef 4,25). De las comunidades en las redes sociales a la comunidad humana». Me quedo con estas ideas del texto que nos propone esta jornada: “el uso de las redes sociales es complementario al encuentro en carne y hueso, que se da a través del cuerpo, el corazón, los ojos, la mirada, la respiración del otro. Si se usa la red como prolongación o como espera de ese encuentro, entonces no se traiciona a sí misma y sigue siendo un recurso para la comunión. Si una familia usa la red para estar más conectada y luego se encuentra en la mesa y se mira a los ojos, entonces es un recurso. Si una comunidad eclesial coordina sus actividades a través de la red, para luego celebrar la Eucaristía juntos, entonces es un recurso. Si la red me proporciona la ocasión para acercarme a historias y experiencias de belleza o de sufrimiento físicamente lejanas de mí, para rezar juntos y buscar juntos el bien en el redescubrimiento de lo que nos une, entonces es un recurso”.
Que el Boletín Salesiano nos ayude a crear comunidad, una red de verdad: “abriendo el camino al diálogo, al encuentro, a la sonrisa… Esta es la red que queremos. Una red hecha no para atrapar, sino para liberar, para custodiar una comunión de personas libres. La Iglesia misma es una red tejida por la comunión eucarística, en la que la unión no se funda sobre los “like”, sino sobre la verdad, sobre el “amén” con el que cada uno se adhiere al Cuerpo de Cristo acogiendo a los demás”.
Leonardo Sánchez Acevedo, sdb
director@boletin-salesiano.com

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