Don Bosco se dio cuenta de la importancia y tomó la decisión de aprovechar la imprenta como medio eficaz de promoción social. Para esta iniciativa se valió de varios impresores turineses, pero pronto funda su propia imprenta, para actuar con mayor libertad y obtener mayores resultados. Irá mejorando la maquinaria; monta un taller de encuadernación, compra hasta una fábrica de papel, abre una librería. En estas cosas, Don Bosco quiere estar siempre a la vanguardia del progreso.

El volumen de publicaciones que Don Bosco generaba, directa o indirectamente, fue tan importante que no solo creó imprentas en Valdocco y Genova-Sampierdarena, sino que llegó a tener una fábrica de papel. Destacando como uno de los principales promotores de “la buena prensa”, para contrarrestar la existencia de una prensa violentamente anticlerical y en contra de los valores de la Iglesia Católica.
El Boletín Salesiano del mes de agosto de 1892 contiene un extenso artículo sobre la fábrica salesiana de papel en Mathi, ciudad del Piamonte. Esta fábrica establecida por Don Bosco, con las mejores máquinas modernas, para proporcionar papel económico y de excelente calidad a todas sus publicaciones realizadas en sus talleres de Italia y de otros países.

La eficacia de la comunicación en Don Bosco está en que todo lo que él hizo, las iniciativas que él emprendió, están dirigidas hacia un único fin: la salvación de los jóvenes. Es consciente de la importancia que tienen los medios de comunicación en la formación de la opinión pública, Don Bosco utiliza los medios disponibles y a su alcance y los pone al servicio de su misión.
Don Bosco es patrimonio de toda la Iglesia, y la Familia Salesiana ha heredado su espíritu, que es una experiencia evangélica típica que caracteriza y da un tono concreto a la presencia y acción en el mundo. Por ello, tenemos la oportunidad de reflexionar de nuevo sobre este espíritu innovador que, día a día, debemos mantener y actualizar en nuestras casas salesianas.
Miguel Ángel Fernández Díaz, sdb

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